El trabajo conjunto de dos hombres como Hölderlin y Brahms nos ayuda a comprender el dramatismo en el que, a veces, se desenvuelve el alma humana…los hombres que sufren caen eternamente hacia lo incierto…
Quizás nadie ha sabido explicarlo mejor con palabras como Hölderlin, ni expresarlo con música como Brahms.
Toda la aflicción del hombre enamorado y agitado por sus sentimientos podemos sentirla al escuchar la melodía que inspiró a Brahms el poema del poeta alemán: La Canción del Destino.
Brahms vivió enamorado, en una espera infinita, de Clara Wick, esposa de su íntimo amigo y también compositor Robert Schumann, pero nunca llegaron a estar juntos.
Hölderlin, por su parte, también sufrió lo suyo por el amor de Susette, con quien mantuvo una relación clandestina de dos años hasta que fueron descubiertos. Ella también lo amaba… pero tenía marido e hijos. Su ausencia física y su prematura muerte agravaron la esquizofrenia que padecía el poeta, que pasó sus últimos 36 años recluido al cuidado de un ebanista admirador de su obra.
Para practicar vuestro alemán… os dejamos aquí la última estrofa de La Canción del Destino tal como la concibió el poeta:
Doch uns ist gegeben,
Auf keiner Stätte zu ruhn,
Es schwinden, es fallen
Die leidensden Menschen
Blindlings von einer
Stunde zur ander
Wie Wasser von Klippe
Zu Klippe geworfen
Jahrlang ins Ungeswisse hinab